El 13 de noviembre, día de la fiesta de Santa Artémides Zatti, tuvo lugar la profesión perpetua del Hermano Salesiano Raynery Augusto da Silva Souza. La celebración fue presidida por el superior de la Inspección Salesiana de Brasil-Manaos (BMA), el Padre Felipe Bauzière, y contó con la participación de los Salesianos de Manaos, diversos miembros de la Familia Salesiana y el Padre Cássio Rodrigo, de la Inspección de Brasil-San Pablo, quien fue el formador en CRESCO, el Centro Regional para Asistentes Salesianos en México. Fue un día especial para toda la comunidad, los familiares y amigos del Hermano da Silva Souza. La solemne celebración puso de manifiesto el apoyo a un joven que siempre se ha dedicado a la vida y misión de la Iglesia como Salesiano de Don Bosco, dispuesto a comprometerse plenamente con la salvación de los jóvenes.
El Hno. Rufin Kineme descubrió su vocación salesiana en su país, el Congo, inspirado por el pasaje del Evangelio de Mateo 10,8: “Gratis lo recibiste, dalo también gratis”. Movido por un profundo agradecimiento a Dios, decidió entregar su vida al servicio desde el carisma de Don Bosco, en especial en el sistema preventivo.
¡Misionero Salesiano!
Su deseo misionero nació tras terminar la secundaria. Los diocesanos fueron claves en el inicio de su formación. “En mi ciudad no había presencia salesiana”, sostiene. Luego de algún tiempo, inició el camino salesiano que lo llevó al Perú en 2019. Aunque enfrentó un choque cultural y de idioma, su confianza en Dios lo sostuvo. “En el noviciado he iniciado mi vocación misionera”, comparte.
El Perú lo recibe con los brazos abiertos
Cuando recibió la obediencia de que iría a Perú, sintió una gran emoción, ya que era una tierra nueva para él. No sabía cómo se vivía allá, era una cultura diferente, y tendría que acostumbrarse. Gracias al acompañamiento de su guía espiritual, pudo recibir mucha ayuda, y así logró enfrentar un poco ese miedo que sentía ante la nueva cultura.
Jóvenes con rostros de Dios
En Perú encontró en los jóvenes el rostro de Dios, y como diácono vive su ministerio con espíritu de colaboración y servicio mutuo. Desde Roma, donde estudió y sirvió como diácono junto al Papa Francisco, guarda experiencias profundas de fe. El nombramiento del Papa León XIV lo vivió como signo de esperanza para la Iglesia misionera.
El Carisma de Don Bosco
Lo que más me atrajo del Carisma de Don Bosco es el Sistema Preventivo. “El sistema preventivo en la educación ya resume todo el carisma de Don Bosco: los pilares: razón, religión y la amorevolezza. Son esos elementos que me han atraído a leer ese carisma de Don Bosco”, menciona.
Un buena semilla
Quiere ser como la buena semilla: una semilla sembrada en tierra fértil que, a su debido tiempo, dará fruto.
De ella crecerá un árbol, un árbol que también dará frutos, y las personas podrán tomar de esos frutos, nacidos de una semilla que fue plantada mucho tiempo atrás.
Los jóvenes
A los jóvenes que sienten un llamado, los anima a no tener miedo y a ofrecer la vida con generosidad. Su mayor deseo es sembrar una semilla de fe y entrega en la tierra peruana, que crezca y dé frutos con el tiempo.
El Hno. Miguel Seminario está próximo a ordenarse como sacerdote. En este pequeño encuentro, nos comparte pasajes de su vocación religiosa y cómo se enamoró de los salesianos.
¿Cómo conociste a los salesianos?
Conozco a los salesianos desde que tengo uso de razón, más o menos desde los cinco años. Asistí al oratorio del Santuario de María Auxiliadora en Chosica, y desde entonces recuerdo con cariño a los salesianos. Cuando los novicios bajaban, jugábamos con ellos. En ese tiempo estaban el padre Marino De Para, el padre Moisés Quirse, el padre Canales, y luego vinieron el padre Matías Lara y el padre Ricardo Lach.
También en casa había mucha devoción a María Auxiliadora, y eso marcó mi acercamiento.
Lo que más me atrajo de los salesianos fue su cercanía, paternidad y preocupación por cada joven. En el oratorio nos hacían sentir parte de una familia; eso lo llevo siempre conmigo.
¿Cuándo sentiste el llamado vocacional?
En el 2013 entré en un momento de discernimiento vocacional, aunque la inquietud nació antes, en el 2009, cuando llegó el padre Luis Pastor.
Con su testimonio de vida pensé: “¡Guau, eso es ser salesiano! ¡Qué chévere! Yo también quiero serlo.”
El padre Luis nos hacía sentir a todos sus preferidos; transmitía cariño y cercanía. Poco a poco, eso despertó en mí el deseo de servir al Señor. Él me confió un oratorio llamado Jesús Adolescente, en una de las periferias de Chosica. Mientras estudiaba y trabajaba, fui descubriendo ahí mi vocación. Así comencé mi camino de discernimiento acompañado por el padre Luis Pastor.
¿A quiénes recuerdas con especial cariño en tu etapa de formación?
Recuerdo con gratitud al padre Carlitos Cordero, en el aspirantado. Admiré su disponibilidad y entrega sencilla para compartir con nosotros el espíritu salesiano “a flor de piel”. También al padre Santiesteben, de cariño lo llamábamos “Washi”. Fueron dos salesianos mayores que me marcaron profundamente. No puedo dejar de mencionar al padre Pablito Corante: un salesiano correcto, elegante y cuidadoso. De él aprendí la importancia de la liturgia bien celebrada, con orden y detalle: todo limpio, planchado y preparado.
A lo largo de mi formación, conocí a muchos salesianos y familias en Colombia, Ecuador y Chile que me enseñaron muchísimo. Recuerdo con especial cariño al padre Severino Tardivo, un misionero italiano con quien conviví en Chile, en el Teologado. Fue un verdadero testimonio de vida consagrada.
En estos años de formación, ¿Qué es lo que más valoras?
Valoro mucho la preocupación de mi Inspectoría por quienes realizamos la formación fuera del país. Mi formación ha sido diversa: el aspirantado y prenoviciado los hice en Perú; el noviciado, postnoviciado, tirocinio (en el Rímac) y teologado los viví entre Chile, Ecuador y Colombia.
Esa experiencia me enseñó que el carisma salesiano trasciende fronteras. No es algo que se vive solo en tu país o en tus cuatro paredes; es un don que inspira en cualquier cultura.
Un salesiano me dijo una vez: “Te consagras no para una inspectoría, sino para la congregación.” Y eso lo he confirmado: ver el mismo espíritu salesiano en tantas partes del mundo ha sido muy enriquecedor.
¿Qué sentimientos te genera estar a punto de ser ordenado sacerdote?
En este momento me siento emocionalmente removido: hay mucha alegría, compromiso y gratitud. Me invade el deseo de ponerle “punche” a todo lo que viene, reconociendo la gracia de Dios en cada paso. También me siento pequeño en sus manos, confiado en que Él me ayudará a ser un buen sacerdote y pastor. El sentimiento que predomina es agradecimiento y esperanza, aunque también hay un poco de temor… pero es un temor esperanzado.
Como salesiano y como joven sacerdote, ¿Cuál es tu compromiso en esta nueva etapa?
Mi compromiso es entregarme cada día con alegría, ahora con un ministerio en las manos y en el corazón. Quiero ser para los jóvenes un padre, un amigo, un consejero, un compañero de camino. Deseo estar cerca de ellos, especialmente de quienes más lo necesitan, no solo en lo material, sino también en lo espiritual y afectivo.
Creo que mi misión será caminar junto a los jóvenes para sanar heridas, acompañar procesos y construir amistad, porque para Don Bosco la amistad, la fraternidad y la familiaridad eran pilares del Sistema Preventivo.
La afectividad genera confianza, y la confianza genera familia. Ese será mi horizonte: vivir y transmitir el amor de Cristo al estilo de Don Bosco.
Bajo la atenta mirada de María Auxiliadora, la noche del sábado 8 de noviembre abrazaba a la Basílica de María Auxiliadora con una luz festiva. Un ambiente de recogimiento y alegría. En medio de esa atmósfera de fe, la Familia Salesiana se reunió para acompañar a Miguel Seminario y Rufin Kineme, dos hermanos salesianos que darían un paso decisivo en su camino vocacional: su ordenación sacerdotal, por la imposición de manos y la oración consagratoria de Monseñor Martín Quijano, SDB, Obispo del Vicariato de Pucallpa.
La celebración fue concelebrada por el P. Juan Pablo Alcas, Inspector, acompañado de sus hermanos salesianos provenientes de diversas obras de todo el Perú, quienes se unieron para acompañar a los nuevos presbíteros en este momento.
Las miradas de familiares, amigos y miembros de la comunidad reflejaban orgullo y alegría. Muchos recordaban los primeros pasos de Miguel y Rufin en su camino salesiano: sus años de formación, su servicio en los oratorios, su testimonio sencillo y cercano.
Durante su homilía, Monseñor Martín expresó su cercanía e invitó a los nuevos sacerdotes a responder lo que Jesús les pregunta:
«Hoy Jesús vuelve a preguntarles, quizá de un modo más personal: “¿Me amas?” No respondan solo con palabras, sino con la vida. Amando a Cristo —en los jóvenes, en los pobres, en la comunidad, amando la Iglesia que los envía— amando incluso cuando sirvan en silencio y en el cansancio».
Además,pidió a la familia salesiana rezar por estos dos nuevos sacerdotes para que vivan su ministerio con el corazón grande, para que caminen con los pobres y los jóvenes; y sobre todo, que escuchen al Espíritu y sean rostros de una Iglesia alegre y servidora.
En otro momento de la ceremonia, los nuevos presbíteros, agradecieron a Dios y a todos los presentes por el Don de la Vida Sacerdotal:
El P. Miguel Seminario expresó su agradecimiento a Dios por el don del sacerdocio y a la Iglesia por acogerlo como servidor. Recordó con cariño a sus formadores y a las comunidades que lo acompañaron en su proceso vocacional. Agradeció a sus amigos, bienhechores y a la comunidad salesiana de Arequipa, donde actualmente sirve como animador pastoral. Finalmente, confió su ministerio a María Auxiliadora, pidiendo oraciones para ser un sacerdote fiel y cercano a los jóvenes.
Por otro lado, el P. Rufin Kineme manifestó su gratitud a Dios y a sus formadores y dedicó un emotivo agradecimiento a sus padres por su amor y educación cristiana. Reconoció con cariño a su comunidad salesiana de Huancayo, a la Inspectoría Santa Rosa de Lima y a su comunidad africana por el apoyo y la cercanía. Finalmente, a los jóvenes les ofreció su servicio con humildad y esperanza.
Al finalizar la celebración, el P. Juan Pablo Alcas, Inspector, felicitó a sus nuevos hermanos sacerdotes y les animó a vivir su ministerio con fidelidad, alegría y espíritu de servicio, siguiendo el ejemplo de Don Bosco.
La vocación de Miguel Seminario, natural de Piura, nace en los patios del Oratorio Don Bosco del Santuario de María Auxiliadora de Chosica, y desde entonces recuerda con cariño a los salesianos. Por su parte, Rufin Kineme, descubrió su vocación religiosa en su país, el Congo, inspirado por el pasaje del Evangelio de Mateo 10,8: “Gratis lo recibiste, dalo también gratis”.
Con profundo gozo y espíritu de familia, la Inspectoría Salesiana Divino Salvador (CAM) celebró este 11 de noviembre la Profesión Perpetua del hermano Saúl Pascual Ayala, SDB, en una solemne Eucaristía realizada en el templo Santo Domingo Savio del Instituto Técnico Ricaldone.
La ceremonia reunió a más de treinta salesianos provenientes de diversas obras de Centroamérica, quienes, en el marco de sus Ejercicios Espirituales en El Salvador, se unieron para acompañar el “sí” definitivo del hermano Saúl. Su consagración perpetua confirma una vida entregada plenamente al servicio educativo y pastoral de los jóvenes más necesitados de la región, siguiendo el sueño y la misión heredada de Don Bosco.
El padre Julio Navarro, SDB, Inspector para Centroamérica, presidió la celebración y dirigió palabras de gratitud y aliento al nuevo profeso, así como a sus padres y familiares presentes. “Hoy te conviertes en pastor, especialmente para los jóvenes”, expresó con emoción, subrayando la misión confiada al hermano Saúl dentro de la Iglesia y de la comunidad salesiana.
Asimismo, recordó que toda la familia de Don Bosco lo acoge con cariño y compromiso, dispuesta a acompañarlo en su entrega generosa al Señor. “Que tu vida consagrada sea un signo vivo del amor de Dios para los jóvenes”, añadió el padre Inspector.
La celebración estuvo marcada por la oración, la alegría fraterna y la certeza de que la vocación del hermano Saúl seguirá dando frutos en los patios, aulas y comunidades de Centroamérica, donde Cristo y los jóvenes son el centro del corazón salesiano.
La comunidad salesiana celebró con inmensa alegría la ordenación diaconal de los hermanos: Jorge Tec Acte, SDB, y José Víctor Tiul Quiix, SDB, de la Inspectoría “Divino Salvador” de Centroamérica (CAM); Miguel Ángel Rojas Neira, SDB, de la Inspectoría San Pedro Claver de Colombia – Bogotá (COB); y Juan Pablo García Carmona, SDB, de la Inspectoría “San Luis Beltrán” de Colombia – Medellín (COM). Todos ellos han respondido con corazón generoso al llamado del Señor, diciendo un “sí” decidido en su camino de consagración y servicio.
La solemne Eucaristía se desarrolló en un ambiente de profunda fe, familiaridad y espíritu salesiano. Fue presidida por Monseñor Eddy René Calvillo Díaz, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala, y concelebrada por el padre Julio Navarro, SDB, Inspector Provincial de CAM, y el padre Rolando Echeverría, SDB, director del Instituto Teológico Interinspectorial (ITSI). Acompañaron también numerosos salesianos, familiares, amigos y miembros de la Familia Salesiana, quienes se unieron con gozo a esta celebración.
La ordenación diaconal representa un paso fundamental en el itinerario vocacional de los cuatro hermanos, llamados ahora a servir con humildad, disponibilidad y alegría evangelizadora, especialmente entre los jóvenes más necesitados, siguiendo el ejemplo de San Juan Bosco y su pasión por la Iglesia.
La comunidad eleva sus oraciones por Jorge, José Víctor, Miguel Ángel y Juan Pablo, pidiendo al Espíritu Santo que los fortalezca en su misión y les conceda un corazón siempre dócil y generoso para ser signos vivos del amor de Dios en medio del pueblo que se les confía.
En un ambiente colmado de fervor y gratitud, la Basílica Don Bosco fue escenario de una emotiva celebración el 16 de agosto, fecha que reviste un significado especial por coincidir con el aniversario del nacimiento de San Juan Bosco. En este marco, la comunidad salesiana y feligreses se congregaron para presenciar la ordenación presbiteral de Alex Jesús Pinilla Jiménez, SDB, salesiano panameño que, tras años de entrega y formación, consagra su vida al servicio de la Iglesia y de la juventud.
La ceremonia fue presidida por Monseñor Walter Guillen Soto, obispo de la diócesis de Gracias, Honduras, quien dirigió palabras de profunda inspiración y esperanza tanto al nuevo presbítero como a las personas asistentes. Con una liturgia solemne y participativa, el rito de la imposición de manos y la oración consecratoria sellaron el compromiso definitivo de Alex Jesús con el carisma salesiano y la misión de educar y evangelizar a las juventudes más necesitadas. Posteriormente el domingo 17 de agosto preside su primera Eucaristía, acompañado por toda la feligresía devota a Don Bosco, donde brindo palabras de agradecimiento tras su ordenación, pidiéndole a todos que oren por este servicio que recién comienza.
Alex Jesús Pinilla Jiménez nació el 13 de noviembre de 1994 en Ciudad de Panamá, en el seno de una familia profundamente unida. Su infancia transcurrió marcada por el contacto con la espiritualidad salesiana en el Instituto Técnico Don Bosco, donde germinó su vocación religiosa. En 2013 inicia su camino formativo salesiano en Nicaragua, pasando luego por Guatemala y Colombia, donde emitió su primera profesión como Salesiano de Don Bosco en enero de 2016. Continuó su formación filosófica y pedagógica en Guatemala, y posteriormente vivió experiencias pastorales en Costa Rica y en la Basílica Don Bosco de Panamá.
En 2021 fue enviado a Roma para su formación específica al presbiterado, integrándose en la Comunidad Salesiana Ceferino Namuncurá. En Basílica Don Bosco emitió su Profesión Perpetua en 2023 y fue ordenado diácono en junio de 2024. Concluyó la Licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia Salesiana con mención magna cum laude y actualmente continúa estudios especializados en Filosofía, en las áreas de historia y antropología, consolidando así su vocación de servicio en la espiritualidad de Don Bosco.
El Teologado Internacional “San Juan Bosco” de Lo Cañas en estos días, ha sido sede del Curatorio 2025, una asamblea que ha reunido a los principales responsables de la formación salesiana en la región. Inspectores, formadores y representantes laicos se han encontrado para analizar el presente y el futuro de la preparación de los futuros sacerdotes salesianos en América Latina. Estuvieron presentes en la ocasión también el padre Gabriel Romero, Consejero Regional para América Cono Sur, y el padre Hugo Orozco, Consejero Regional para la región Interamérica.
El encuentro se desarrolló en un ambiente de fraternidad que combinó sesiones académicas, pastorales y administrativas. Los participantes destacaron el compromiso estudiantil y la juventud del equipo formador, que acompaña con cercanía y profesionalismo a los salesianos en formación. La riqueza intercultural de la convivencia interinspectorial, la calidad académica vinculada a universidades prestigiosas y el acompañamiento integral en las dimensiones humanas, espirituales y pastorales fueron otros aspectos valorados positivamente.
No obstante, la asamblea identificó varios retos que requieren atención inmediata. El fortalecimiento del aprendizaje de idiomas –particularmente inglés y griego– emerge como una necesidad crítica para los estudios teológicos contemporáneos.
Los formadores también expresaron preocupación por la calidad de la formación de los candidatos, la escasez de formadores disponibles en la región y las tensiones generadas por la actual distribución de casas de formación en el continente.
Hacia una formación continental integrada
Pese a estas complejidades, el Curatorio ratificó su compromiso con una visión continental unificada que trascienda los intereses locales y establezca criterios comunes de gobierno y perfiles de egreso claramente definidos.
Entre las recomendaciones estratégicas destacan la planificación en la preparación de nuevos formadores, la sistematización del proyecto integral de salesianidad, la implementación de indicadores objetivos de evaluación y el fortalecimiento de la corresponsabilidad estudiantil en el proceso vocacional.
La reflexión final del encuentro fue categórica: formar salesianos para América Latina requiere unidad en la diversidad, realismo ante la escasez vocacional y valentía para decisiones difíciles, incluyendo la eventual reestructuración o fusión de casas de formación.
El desafío planteado es garantizar la excelencia humana, espiritual y académica de quienes serán pastores y educadores al estilo de Don Bosco, priorizando la calidad formativa por encima de intereses particulares.
Desde Lo Cañas, el Curatorio 2025 envía un mensaje de esperanza y compromiso: formar pastores con visión universal y corazón salesiano, preparados para ser misioneros de esperanza en la vida cotidiana.
El joven salesiano Camilo Peña consagró su vida definitivamente a Dios a través de su Profesión Perpetua en la Congregación Salesiana, en una emotiva y solemne Eucaristía celebrada en el Templo María Auxiliadora de Lo Cañas, durante la mañana de hoy, sábado 2 de agosto.
Rodeado de sus hermanos salesianos, familiares, amigos y miembros de la comunidad, Camilo pronunció sus votos de pobreza, castidad y obediencia, comprometiéndose “para siempre” al servicio de Dios y de los jóvenes, especialmente los más pobres.
La celebración fue presidida por el Inspector de los Salesianos en Chile, P. Nelson Moreno, quien en su homilía profundizó en el lema escogido por Camilo para este día: “Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con Él” (Jn 1, 39).
El Provincial conectó el camino vocacional de Camilo con la experiencia de los primeros discípulos, destacando que su “sí” definitivo es el culmen de un peregrinar de búsqueda y encuentro.
“Querido Camilo, este ‘venir y ver’ ha sido el camino de tu discernimiento vocacional. Un día, sentiste la misma inquietud que aquellos discípulos del evangelio. Y hoy, después de este tiempo de ‘ver’, de experimentar, su presencia en ti, decides ‘quedarte con Él’ para siempre“, expresó.
En el momento central de su homilía, el Inspector se dirigió directamente a Camilo para desglosar el significado profundo de los votos que estaba a punto de profesar, interpelándolo sobre el compromiso que asumió:
“Con el voto de castidad, te configuras con Cristo, que amó con un corazón indiviso, y te haces don total a Dios y a los jóvenes“.
“Con el voto de pobreza, imitas a Cristo, que siendo rico se hizo pobre, y te haces solidario con los más necesitados, poniendo todo lo que eres y tienes al servicio del Reino”.
“Con el voto de obediencia, sigues el ejemplo de Cristo, que se hizo obediente hasta la muerte, y te insertas con humildad en el proyecto apostólico de la Congregación, en una continua búsqueda de la voluntad de Dios”.
El rito de la profesión fue uno de los momentos más significativos. Tras el interrogatorio y las letanías, Camilo Peña, con el cirio encendido en su mano, leyó la fórmula de la profesión ante el Padre Inspector, quien actuó en nombre del Rector Mayor. Con voz firme, se comprometió a “entregar todas mis energías a quienes me envíes, especialmente a los jóvenes más pobres”.
El rito concluyó con la entrega de la cruz de la profesión perpetua en que aparece la imagen de Cristo Buen Pastor y el abrazo fraterno de sus hermanos salesianos. La alegría de la comunidad se manifestó en aplausos, celebrando el don de una nueva vida entregada por completo al carisma de Don Bosco.
Al final de la celebración, Camilo expresó algunas palabras a la asamblea presente.
“Gracias a la voz de amigos, profesores y salesianos, me he acercado más profundamente a Jesús. Me sentí invitado por Él a ver dónde vivía y descubrí un Jesús que ama, que sirve, que se entrega, un Jesús cercano, comunitario, apasionado por los jóvenes. Y ante eso, no puedo sino quedarme”.
“Quedarme con él significa para mí vivir, amar y entregarme como él lo hizo. Significa hacer de mi vida una respuesta. Y como salesiano, eso se concreta en una misión, estar entre los jóvenes, porque ahí es donde vive Jesús”.
“Con esta profesión, renuevo con todo mi corazón ese deseo, y les puedo decir también con mucha sinceridad que me siento feliz, en paz, agradecido y con la esperanza puesta en el Dios que no abandona y que nos dice constantemente, “No temas, yo estoy contigo“.
Decenas de personas se unieron a la transmisión en vivo por el canal de youtube de nuestra Congregación.
Algunos comentarios fueron: “Una alegría ser parte de esta importante instancia”, “un gran abrazo a Camilo! Gracias por la posibilidad de compartir este significativo momento”, “felicidades Camilo, muchas bendiciones en el camino de nuestro Señor”.
Con alegría compartimos una buena noticia para nuestra comunidad salesiana. El 1 de agosto, en el marco de los Ejercicios Espirituales 2025 de la Inspectoría Salesiana de Ecuador, nuestro hermano S. Gregorio Nhat ha recibido el Ministerio del Lectorado, un paso significativo en su camino de formación hacia el presbiterado.
La celebración eucarística fue presidida por Monseñor Jhony Reyes hoy a las 18h00, momento de gracia y compromiso en el que Gregorio asume con humildad el servicio de proclamar la Palabra de Dios en la liturgia.
Acompañemos con nuestra oración a Gregorio y a todos los jóvenes salesianos de nuestras Casas de Formación que responden con generosidad al llamado del Señor.