Ecuador | P. Jaime Pastuña, SDB: «Quiero ser útil para mi pueblo»
By Comunicación | FVS in Noticias on 22 de enero de 2024
En la Iglesia San Antonio de Simiatug se ordenó por primera vez a un sacerdote y su nombre es Jaime Pastuña, un joven salesiano oriundo de la parroquia de Zumbahua y quien es orgulloso de sus raíces indígenas. Antes de recibir el ministerio sacerdotal, Jaime concedió una entrevista para el Noticiero Salesiano donde habló de los orígenes de su vocación, de su trabajo pastoral y de los sueños que tiene para los jóvenes.
¿En qué momento decidiste consagrar tu vida a Dios?
Creo que todo nace cuando conozco al P. Pío Baschirotto. Él me dio la posibilidad de estudiar en la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) a través de una beca y viajé a Quito para integrarme a la Residencia Intercultural Universitaria. Fue allí donde conocí a los prenovicios salesianos y compartía con ellos la oración, momentos de estudios, de deporte. Poco a poco me enamoraré del carisma y fui conociendo a Don Bosco y a los salesianos.
A partir de esta experiencia, hablé con el padre Pío para dejar la universidad y realizar el voluntariado. Mi pedido fue aceptado y me enviaron a acompañar a los chicos de la calle en Guayaquil. Ahí conocí de cerca la labor salesiana y a grandes sacerdotes como el P. Marco Paredes y el P. Francisco Sánchez. Ellos, y el padre Pío, me inspiraron a tomar la decisión de optar por la vida religiosa por su entrega hacia los jóvenes.
¿Qué dijo tu familia sobre esta decisión?
Yo no les había comentado nada sobre la vocación del sacerdocio porque tenía miedo. No es algo tradicional en mi pueblo indígena. Pensábamos que ser sacerdote es como abandonar a la familia. Veíamos a estos grandes salesianos que siempre estaban en Zumbahua y decía: yo no quiero dejar a mis padres.
Para poder irme al voluntariado, les dije a mis papás que me iba a realizar prácticas en la universidad, pero no era cierto. Luego, para ingresar al prenoviciado necesitaba la autorización de ellos y ahí les comenté de mi decisión. Mi mamá me apoyó desde el primer momento, mientras que mi papá no dijo nada y solo empezó a llorar. Pero, ahora ellos están muy contentos, me apoyan y rezan mucho por mí.
¿Cómo ayudó en tu formación realizar tu diaconado en Simiatug?
Ha sido bonita la obediencia desde que me enviaron a Simiatug. En este tiempo he podido palpar la realidad de la gente, y aunque yo soy de esta cultura, estuve fuera 11 años y la realidad va cambiando. Entonces, estoy aprendiendo, investigando muchas cosas, tradiciones, culturas, sobre la cosmovisión y desde ahí aportar a mi labor como salesiano.
¿Qué sentimientos tienes en tu corazón al ser ordenado sacerdote?
Estoy bastante contento porque voy a consagrarme totalmente a Dios y creo que eso es lo más lindo. Ser otro Cristo, actuar en nombre de Él.
¿Cuál será tu principal misión como pastor de la Iglesia y como sacerdote salesiano?
He hablado con el padre Pío y en esta comunidad queremos reforzar las misiones, la pastoral juvenil. Mi aporte ha sido el estudio bíblico con la gente, en la misma lengua, a través de los coros, a través de la radio, y esa ha sido como mi misión fundamental. Y luego trabajar con los jóvenes indígenas porque también nos necesitan.
¿Qué características te definen como Salesiano de Don Bosco?
Hay una frase que dice: tú naciste siendo original y tienes que morir siendo original. Mi característica sería aportar al carisma salesiano con pensamientos andinos, con la forma de ser y la cultura de mi pueblo y que es algo que podemos enriquecer dentro de la Congregación.
¿Qué significado tiene para ti el beato Ceferino Namuncurá?
Cuando llegué a Chile, vi la foto de él con el poncho, y me llamó la atención. Y dije: ¿Quién es él? Entonces, empecé a investigar y descubrí que era mapuche, y tenía un sueño. Él quería ser salesiano y tenía una frase: Quiero ser útil para mi pueblo. Me enamoré de esa frase y dije: Esto es lo mío. Entonces quiero continuar con esta misión y le ruego a él que me inspire para seguir luchando por el pueblo.
¿Cuál es el sueño de Jaime como sacerdote para los jóvenes?
Seguir soñando como Don Bosco y, al igual que nuestro patrono, acompañar a los jóvenes, trabajar y orar con ellos y que también amen a Dios.
¿Qué le pediste a Dios antes de recibir el ministerio sacerdotal?
Yo le he pedido a Dios, sobre todo, la humildad, y que nunca pierda mi identidad cultural. Y luego, pues, que nunca me aparte de Él, que siempre esté lleno de gracia. Eso es lo único que le he pedido.
¿Cuál sería ese consejo que Don Bosco te daría hoy?
Sería que siga animando, entregándome a los jóvenes que lo necesitan, estando en la cancha, estando con la gente, que no me esconda, que no me quede sentado, sino que salga, camine con ellos, sufra con ellos y que también ría con ellos.
Fuente: Salesianos Ecuador